martes, 5 de febrero de 2013

Amor entre cafés


En esta ocasión queríamos compartir con vosotros una preciosa historia de amor que comenzó en una cafetería, con un café...
Capuccino love.

Esta historia es una historia de amor, que se fue dando muy lentamente. 
Hace años soy habitué de un bar de Palermo. Amo el café en todas sus formas, pero se me hizo costumbre el Capuccino. 
Hasta hace dos años iba al barcito con mi novia. Nos encontrábamos después del trabajo y tomábamos algo. Luego íbamos a caminar, o al cine. 
Con Male se cortó la relación hace un año y medio. Nuestras vidas iban por caminos diferentes. Yo seguí yendo al bar y me convertí en un detallista observador. Observaba todo, la gente que entraba, la gente que salía, me imaginaba historias entre ellos, cómo serían sus vidas. 
 Una tarde la ví a ella…. Primero le presté atención a sus zapatos, su ropa elegante, su peinado, imaginé que hacía, de donde venía, a donde iba. Me dí cuenta que era habitué del bar porque la veía seguido, tenía un acento muy latino, le gustaba pedirse un capuccino y le ponía un sobre entero de edulcorante. Me parecía una mujer interesante, me intrigaba. 
Una tarde me animé a hablarle, le pregunté si sabía la historia del capuccino que estaba tomando y aproveché para contarle mi vida en Italia, mis intereses, mis inquietudes. Pegamos muy buena onda desde el principio, y comenzamos a sentarnos juntos.
Actualmente Ana es mi novia, luego de varias tardes de charlas y charlas accedió a una salida conmigo. Ella colombiana y ama el café. Creo que es una de las grandes pasiones que nos mantiene tan unidos.
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Quizás no tengas que ir a Italia para encontrar a tu amor, porqué no en Málaga, porqué no hoy.... Nunca se sabe cuando el amor puede llegar.

Esta es una historia real que encontré en Central de café, si has tenido una historia de amor en torno a un café, anímate y cuéntanosla. Quizás más de un corazón se ha enamorado en Baena...

Sin más feliz San Valentín a todos, a los que buscan el amor, a los afortunados que ya lo encontraron y a los corazones rotos que quizás hoy curen...